Y la tierra parió su dolor de esfera herida;
rasgó su suelo atiborrado de cemento y malicia.
Sacudió su furia que estaba adormecida
y acomodó su pellejo gastado
sobre tremenda geometría.
¡Se agrietan sus senos porque ya no da más!
de alimentar a ingrato huésped
que observa gélido la metástasis del dolor.
Sus entrañas calientes pujan la ira,
y en el fuego voluptuoso
de su núcleo hirviente
se trama el final
de la comedia terrenal...