(A la memoria de Alfonsina Storni)
A tierras lejanas
emprendes tu marcha,
viajero que buscas
reposo y olvido.
A mares con aguas
de dudosa calma,
de playas con muelles
y barcos hundidos.
Pálidas sirenas
querrán seducirte,
querrán amarrarte,
llevarte a nadar.
Y como un efecto
de hipnosis divina,
quedarán tus ojos
fijos... fijos en el mar.
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